Para mis lectores, cómplices, y amigos.

Busco compartir años de poesía aprendizaje, vicios y expectativas dejando libre la interpretación final.
Haciendo que la poesía se mueva y nos vaya mostrando algunas cosas que aún persisten en nuestra memoria. Ando en busca de poemas que no mueran, que me desafíen pero lo más importante que me brinden aprendizaje.
Como verán tarea nada fácil, pero confío que este dialogo abierto entre ustedes y yo dará frutos.
Bienvenid@s
Natalia Correa.

martes, 17 de agosto de 2010

Tregua

Tregua con entrega y margen dulce,
dos puntos de justicia completamente solos,
que llegan como el color a tu ventana,
dame tregua, sin nexo con idea,
para reír abiertamente en vísperas
del patíbulo y universo.

Raíces que anudan luz
por encima de la noche,
astros emergentes que brotan
abiertos sin soñar.

Reflejar la larga herida que ya nadie recorre,
esperar como sombra los secos pensamientos
para conceder la magia,
deslizar su filo por el insomnio y los epitafios,
conocer la muerte y dormir sus lustros
en mi cuerpo.

Dame tregua y siénteme porque
la historia de unas lágrimas no es suficiente,
porque sus destellos no han de consumirme,
sospecho que tu amor conoce a mis ojos
que tus labios tan vivos repiten su miedo,
que avanzas por encima de mi negado fulgor.

Entonces sé que esperar sólo nos dará
un enemigo en común: El tiempo,
así que, a mi lado ven que yo te llamo,
sin el volver de pájaro quemado
o su canto enrarecido,
tampoco con sombras frías
o frutos rencorosos,
sino con los secretos
y las sorpresas que te nombran.

Todo es mar, centro de agua,
fulminante rayo de palabras abiertas,
augurios frescos que se graban en la arena,
ya sin la cruel tristeza, o salvaje melancolía,
ahora el mundo se duerme sobre su geografía,
y el amor me dá lo que tanto pedía,
una vida contigo, sin la fatal lejanía,
y unos besos con sabor a tregua indefinida.

Natalia Correa.

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