hasta quedarme sin tiempo, sin aire,
tejeré en cada palabra
la estrategia sutil de la risa,
mientras que la soledad arderá
como vestigio puro,
me rendiré con el frio taimado,
con el juego mediocre de tu amor con el mío,
para luego ser espada sin filo.
Perderé el paisaje que tanto soñaba,
por lo inerte, por la nada,
deambularé y me perseguirás
siempre con el tenebroso latido
de tu sombra.
Frontera ciega en los umbrales de mi noche,
a distancias siderales mi cuerpo, sus caudales y raíces
eran vivos ojos de impotentes manos.
Querré decir todo, y no podre
la inmovilidad y lo salvaje me lo impedirán,
con arduo empeño de un nunca conoceré la fragilidad,
sus anclas y sus flores, sus vicios y sus contradicciones.
Mientras tanto quedaremos absortos y conmovidos,
por el arpegio silencioso de un jamás,
al unisonó del viento y esos días extraños.
Natalia Correa.
Para RAPH.
Foto mia.
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