Para mis lectores, cómplices, y amigos.

Busco compartir años de poesía aprendizaje, vicios y expectativas dejando libre la interpretación final.
Haciendo que la poesía se mueva y nos vaya mostrando algunas cosas que aún persisten en nuestra memoria. Ando en busca de poemas que no mueran, que me desafíen pero lo más importante que me brinden aprendizaje.
Como verán tarea nada fácil, pero confío que este dialogo abierto entre ustedes y yo dará frutos.
Bienvenid@s
Natalia Correa.

miércoles, 27 de julio de 2011

OJOS OCEÁNICOS.

Efervescente y natural
inexplicable relámpago,
que revela la superficie
ya sin gravedad,
ojos oceánicos...
olvido hirviendo, amargo sabor de un sol marino,
poema crujiendo tu nombre sin fidelidad.

Vagar es un accidente…
incendiar esos ojos de madreselva
con ceniza, hechos palabra
ceñirse, moverse, apenas vibrar,
volver, siempre volver a esa mirada
justo antes de estallar…

Ojos de océano firme
que hallan luciérnagas
escritas en su vaivén,
el espacio sin amor,
la tristeza infinita.
la vida insobornable,
inclusive la alegria.

Es deber de la noche
hacer eso y más,
mientras la furia arde como centella.
sacando el instinto animal,
sé que soy la fiera,
Y tú sólo “el hombre sentimental”.

Ojos efecto de sombra,
ojos de afecto desnudo,
que los ahogados han de iluminar,
desvelan y se funden junto con lo que florece
como si fueran alguna deidad,
vértigo que escucha las fracturas de tu nombre
mientras la penumbra crece,
para poderte nombrar.

Inquieta poética guardan tus ojos
hecha conjuro, raíz, fragancia,
oceánicos recuerdos:
besos profundos,
en tiempos oscuros,
con ese adiós tan breve,
donde ya no se esconden más secretos,
visión que mora en los escondites
con sus recovecos.

Ojos de tantas madrugadas,
oceánicos, derramados,
irreverentes, tan secretos,
conducen la cicatriz,
colorean la lagrima tan despierta,
guardan y entienden su calor,
ojos de estirpe mágica,
que se han hecho de olvido,
que son de agua y van guardando el camino.

Preguntas que sobreviven
socavando el equilibrio,
respuestas que duelen
y nos hacen naufragar,
¡silencio! que este viaje termina
con un golpe de ultramar.

Natalia Correa.

martes, 26 de julio de 2011

Preámbulo al poema evocaciones




Piel palabra,
flor con música,
sueños
devorados,
no,
rojo
olvido,
mientras el tiempo es descarnado…