Para mis lectores, cómplices, y amigos.

Busco compartir años de poesía aprendizaje, vicios y expectativas dejando libre la interpretación final.
Haciendo que la poesía se mueva y nos vaya mostrando algunas cosas que aún persisten en nuestra memoria. Ando en busca de poemas que no mueran, que me desafíen pero lo más importante que me brinden aprendizaje.
Como verán tarea nada fácil, pero confío que este dialogo abierto entre ustedes y yo dará frutos.
Bienvenid@s
Natalia Correa.

domingo, 29 de mayo de 2011

123 poesía- idea # 5/ Delirium

Mi amor habla con lágrimas de cocodrilo,
mientras el dolor aparece por las grietas de la risa,
en los sueños de mi almohada.

Dame lágrima que trasgreda los motivos del color,
ceniza y cuerpo para tolerar la ausencia,
palabras que defiendan lo que el amor significa,
porque hoy con el miedo y las horas yo me rindo,
teniendo una lágrima de bordes salados entre las manos,
y un recuerdo cobarde y una mujer cobarde
hecha pedazos hasta los huesos

Niebla en curso, imagen que amanece herida,
insepulta con otros ojos,
mundo triste y carnicero
que conoce la fidelidad y lo profundo del sueño,
usurpa la sombra y exorciza raíces
en un soplo de horas que presienten el mundo,
en un denso mar que conoce la playa.

Me duelen los susurros pronunciados,
me dolió abrir los ojos,
el aleteo de mis pestañas dolía suavemente,
me dolió sentir el viento de la mañana estallar en mis huesos,
el agua caliente recorrer mi cuerpo,
sentir el primer liquido escurrir por mi garganta,
después me dolió no encontrarte,
pronunciarte ante la cama vacía,
me dolieron las primeras gotas de lluvia y aún más el atardecer,
al llegar la noche el espasmo se hizo más fuerte
y me quedé dormida de dolor y en dolor soñé y desperté y...

Pero no sólo eso sujeta mis costillas,
al puro no... al simple sí,
dejo caer silencio como lluvia,
en brotes de diluvio,
en brotes de rocío,
Así de este sueño turbio yo me despedido.
Por eso insisto...
sin culpa ni ansia
en donde no.

Sufro el suave colapso del pasado en sus ramas,
vislumbro a distancia sus ojos,
bálsamo cruel, veneno cubriendo las heridas.
Le siento descender suave
desde la lontananza de mi cielo,
desde mi locura,
su aliento llega a mí,
despertando mi piel dormida.
contengo el pesar, lo vivo
como un desierto,
como una cicatriz relamida.
mis dedos persiguen sus trazos,
imagen lírica, melodía escurriendo.
le estrecho en el viento
murmuro su nombre
imagino su espalda
respiro su aliento
y le dejo ir … en silencio.


Natalia Correa.


Ilustrado por Darío Beniher.

*Texto en cursivas y rojo es de la autoria de Martha Laura Quintanilla.

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Texto leído en vivo el día 27 de mayo de 2011