Para mis lectores, cómplices, y amigos.

Busco compartir años de poesía aprendizaje, vicios y expectativas dejando libre la interpretación final.
Haciendo que la poesía se mueva y nos vaya mostrando algunas cosas que aún persisten en nuestra memoria. Ando en busca de poemas que no mueran, que me desafíen pero lo más importante que me brinden aprendizaje.
Como verán tarea nada fácil, pero confío que este dialogo abierto entre ustedes y yo dará frutos.
Bienvenid@s
Natalia Correa.

jueves, 22 de agosto de 2013

A esta ciudad...



 A esta  ciudad  le duelen
 los  nombres que se pierden
las palabras  huecas,
plagada de belleza  irresponsable,
no importa  si la  poesía  aparece,
la  sombra  se la  traga,
la tristeza se la  bebe
y  la  barbarie  la tortura
sin embargo,
 algo en ella  resiste,
algo en ella  se mueve,
mientras  su estrella
 duerme todavía.

Por eso vaga  el tiempo
 casi musitando,
 casi sin  hablar.

A  esta ciudad  le crece musgo 
entre los  párpados,
la acosan las  balas,
pero la   gente  resiste,
pero la gente   resucita
con las  cenizas  de sus  muertos.

 En esta  ciudad  habitan  los  días
con uñas  y dientes,
respondiendo  las preguntas
que el dolor concede.

argamasa  de metal
 no entierres mi corazón todavía,
juego fúnebre
de aguas  inquieras,
no disuelvas  nuestros  nervios
dentro de un panorama   siniestro.

Tatuadas  y afiladas  son sus   intenciones,
en la   calle, en la  carne 
en un  charco de sangre,
su gritos  se pierden
y la  memoria  siempre arde
a  esta  cuidad  le duelen los  nombres
que se pierden
en lo  profundo de la noche.

Natalia  Correa.
        Foto y  edición  Natalia  Correa.
        Zócalo de  Cuernavaca.

domingo, 4 de agosto de 2013

Ella duerme mientras las Sirenas cantan…



Me emputa la gente mediocre
cuando sepan cuesta la vida,
será demasiado tarde,
me habré  desvanecido,
bebo  la sangre de  tantos muertos
en tu nombre,
no puedo despegar  los  impulsos
 que me guarda el desaliento,
puta  madre que el mexicano lleva
en la garganta,
sólo porque sueña 
 esa tierra  fecunda  de viceras  abiertas,
me emputa mi dormido país
de balas  constantes…

No voy a  despertar…
desde mi trinchera
planearé la  justicia social…

¿Cuál trinchera mujer?
¿Esa trinchera,  donde los  artistas arrebatan las palabras?
para luego  venderlas   como propias.
¡Ay  mujer  no te duermas!
 Los  artistas  de hoy son plástico hirviendo
que conservan amaneceres
 en latas de aceitunas.
Me emputa  la gente  que duerme
mientras  México arde.

¡Sirena,  Sirena¡
 no muestres los  ataúdes  de mi ciudad
 las grietas amargas,
la  política añeja  de discursos   carcomidos,
los  perros  aullantes.
la soledad  insatisfecha,
el trabajo  maloliente
que  se esconde en la  oficina.



Ilustración  Mauricio Reyes.