Para mis lectores, cómplices, y amigos.

Busco compartir años de poesía aprendizaje, vicios y expectativas dejando libre la interpretación final.
Haciendo que la poesía se mueva y nos vaya mostrando algunas cosas que aún persisten en nuestra memoria. Ando en busca de poemas que no mueran, que me desafíen pero lo más importante que me brinden aprendizaje.
Como verán tarea nada fácil, pero confío que este dialogo abierto entre ustedes y yo dará frutos.
Bienvenid@s
Natalia Correa.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Ofrenda.



Este poema   que sabe a  pan,
adivina el espanto,
cura  la ceniza,
y nos sumerge  en su canto,
pura música
lengua  vigía  por cada hueso,
prueba la sal
lengua  vigía  por cada  beso

Sus  palabras  son un  campo abierto,
donde reposa lo posible,
mi mente siempre adentro,
bajo la sombra de un pájaro desnudo,
que vuela y viaja  todo el tiempo

Este poema que florece en mi boca,
bajo su aroma  la muerte,
con velas  encendidas
 y cuerpos  extinguidos.

Estos  frutos,
esta nostalgia  sin semilla
siempre adentro,
esta tierra  tan húmeda
aún   cimbrando,
es una ofrenda que ahoga el hambre
aún entre dientes.

Es una ofrenda donde el  perfume
recupera su sentido,
donde  la ausencia  se derrite
punta a  punta.

Mientras nuestras  calles
mudan  de piel,
se  conocen,
se beben
se devoran sin motivo
le escriben a alguien,
encuentran la  raíz
son ofrenda,
y entonces escuchamos
 y entonces sabemos,
que  el aullido  escupirá  luciérnagas  heridas,
y así  nacerán las  estrellas.

Natalia  Correa.


 Ilustración  hecha  por  Kraken   (Dar click)
Sin duda su trabajo  les quitará el aliento.


domingo, 7 de octubre de 2012

Sirena Negra (El color del deseo).



La música de un deseo  tan vivo,
reconoce las  distancias recorridas,
sus juegos  futuros, su cicuta,
vaivén que se  ha dormido
siempre  ante  tu cuerpo  
prometido cuerpo
donde el movimiento existe,
prometida tierra
donde la sangre aparece,
cuando el color del deseo flota,
es mar lo que te busca,
cuando el deseo ronda
sobre alientos calcinados,
palabras incendiarias
es silencio lo que nos duerme.

Abrevar en su sueño
el deseo inútil,
como quien espera,
con quien lo siente todo
y termina fatigado,
y termina hecho polvo,
dentro de las palabras más hermosas.

Así tu ropa viste mi desnudez,
resulta peldaño entreabierto,
lluvia primitiva, invocación eterna
paredón tus ojos,
prendedor tus labios,
con insomnio
las verdades arrastran
el impulso de un deseo,
¿Cuál es su color?
¿Cuál es su pulsar?
sólo un beso tibio,
con memoria y  derecho
a despertar.

Permanecemos solos
por insinuaciones
torpemente  escritas,
para consumar palabras
y así caer,
a una llama doble
a un vasto fuego,
que caníbal siempre nos devora. 

Natalia  Correa.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Sirena Negra (Mar Rojo).



Al poema se le nota esa exangüe virtud de vivir muriendo,
ese paciente cuerpo en soledad despierto,
la humedad por su paso en la lluvia,
la raíz en sus manos atada a la sombra,
el calor, lo ardiente, lo incierto,
al poema le duelen sus nombres,
cuando pulsa la sangre,
cuando el aire se cuela
por un rojo amanecer.

Roja lucha
invócame,
viento rojo
cúbreme,
roja  sirena
bordéame,
rojo sueño
despiértame,
de aquella
muerte que ríe
en  tus brazos.

Desiertos y grietas  cortaran los labios
cada  hueso  abarcara un dolor distinto,
antes  de la fiebre  bebe la vida, bebe,
que el diluvio de los  muertos ya vuelve.

Siniestros  lenguajes trasformaran  tus ojos,
desnuda caricia   protegerá tu tiempo,
con palabras para soportar lo estéril,
Para entender el luto y conocer  el miedo.

Al poema le prenden fuego,
a la mujer la matan,
al hombre lo matan,
las  verdades ocultan,
y así el corazón arrebatan.

En tinta roja  el poema  cede
sus  enigmas
en tinta,
en mar,
en calma,
queda clavado
como espejo  celeste,
así une las  ausencias
se funde y  por fin existe.

El recuerdo
no  se muere del todo,
por eso este mar rojo
candente ceniza,
deseo que vierte y convierte
sin  ninguna prisa.
Mar rojo…
defiende la  historia,
de aquellos tiranos,
de aquellos idiotas.

Natalia  Correa.


lunes, 10 de septiembre de 2012

Simulacro.



Un día  todo se  vuelve simulacro,
el pájaro silente
es estatua que ya no habita,
mientras  que la música 
sólo es  un páramo desnudo
en contra  del silencio.

Premonición que embruja,
que se llueve  y que vuelve,
para desconocer
el verdadero nombre
de sus amantes antiguos.

Para  desmentir la  soledad
que surge en los  labios,
para  prácticamente  vaciarse,
hay que ceñirse  a las  maravillas,
sobrevivir a este oficio,
donde las  palabras
son voraces  apariciones,
que van  girando por el mundo
para salvarse, para vivirse.

Porque antes de la muerte
todo resulta ser simulacro,
donde el amor cobija
la violencia arrebata
y la  esperanza habita.

Esa nada de noches mal dormidas,
que aparece  en los cuerpos,
ese  rastro  perdido
de deseo encendido,
y salvaje  epitafio.

Por todo y más
 viene a  nosotros
el simulacro,
carne  vivísima
de implacable cadáver.
verbo tranquilo
que toca a la puerta.

Es tarde para nosotros,
para cuestionar  mis huesos,
y entender tus cenizas
 es tarde  para traer  el olvido 
de  manera  sedienta,
incluso  para decir  pequeñas  mentiras.

Natalia  Correa.