Para mis lectores, cómplices, y amigos.

Busco compartir años de poesía aprendizaje, vicios y expectativas dejando libre la interpretación final.
Haciendo que la poesía se mueva y nos vaya mostrando algunas cosas que aún persisten en nuestra memoria. Ando en busca de poemas que no mueran, que me desafíen pero lo más importante que me brinden aprendizaje.
Como verán tarea nada fácil, pero confío que este dialogo abierto entre ustedes y yo dará frutos.
Bienvenid@s
Natalia Correa.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Verso equivocado

Tampoco vivir de los rescoldos es fácil,
avivarse a cada paso perdido,
con esas palabras que presienten crepúsculos
cargados de entierros.


Artificio punzante y valiente que se dispara de un solo golpe,
como bordeo esa forma si lo que tengo es humo,
este verso solitario con motivo equivocado,
como ser que insiste en la memoria de la carne
inalterable vestigio de un cuerpo,
con estructura y recovecos,
que ante la duda se yergue
viaja insomne como suspiro vago,
se sabe agrio, se bebe dulce y se conoce frágil
el rito lo convierte en tesoro secreto.

De inquieta piel que no permite morir
que se duerme por debajo de tu almohada,
dando de si los abismos más viejos,
discreta magia que el silencio lastima,
con un sol de estirpe repentina.

Atemporal, húmedo, huérfano
con olor a madera y paso despierto,
descuelga las constelaciones,
así vamos tú y yo cargados de errores
pero también con la certeza de posibles resplandores.

Adivinas lo aborrecido que se asoma por tus espacios,
entiendes la tarea de la lágrima y la distancia rigurosa del amor
latente truco que estremece las aguas
dialogo de nervios y serpientes
regiones de pilares trémulos de brío y fragancia.

Estando en los huesos, la voz no cubre lo que me estremece,
mientras el desorden salvaje inunda la noche
devasta y vivifica el misterio de lo que se desconoce,
nostálgica vanidad de saberme sin fondo
en el manto de la piel y el polvo.

Cada una de sus partes logra hilvanar
la piedra, el libro, incluso lo que resulta inefable.
entonces el fundamento de guardar silencio inútil,
se apaga justo entre el verbo y el templo de mi vacío.

Natalia Correa Márquez.


Título: Muerte sin fin.
Técnica: Acrílico sobre papel y radiografia.
Autor: Polo Muro.

martes, 17 de noviembre de 2009

Cuerpo Terrestre


Naturalmente mi amor es de cuerpo terrestre
decibel cósmico que declara lo vivido,
mientras el mundo desprende carroña
y dispersa lo tenaz con nuestros delirios.

De su epidermis desciende el cadáver
y del sueño su esperanza,
mortal mudanza de sutil andanza,
entre fantasmas y algunos instantes
hallazgo innombrable de frágil memoria,
que hoy se desprende que hoy ya no importa.

Imágenes viejas, parpados,
un recuerdo inmune, nítido
basta para que la sangre se desborde
y pulse tan sigilosamente
en este cuerpo.

Voz de templo y crepúsculo,
paraíso de estrellas vacías que ahora
bulle en el hueco.
Rostro ebrio de inhabitado candor
te sumerge en la ceguera
y así te vas de noche.

Entonces comienzas a olvidar
las huellas, los motivos.
desde lejos ese cuerpo extranjero
te ofrece refugio,
y entonces sientes el calor,
ves con sus rasgos lo abierto,
con sus palabras recuerdas nombres
arañas con sus uñas el miedo,
tu conciencia es el misterio
que te pertenece,
esta se ensancha
como caricia sin límite,
o se encoje con fluidez
al movimiento de los otros.

Porque tus ojos ríen
al contemplar lo que amas
mientras la lagrima evoca
los tristes momentos
que posiblemente sucedan mañana,
futuras conquistas
traerán nuevas palabras,
para sentirse de nuevo,
para caminar con rumbo al alba.

Por eso tu soledad conoce el arte de arder,
pero también intuye el arte del amor
en centella y quietud.

Girando... en el mar, ondulado andar de vigoroso aliento.Recogiendo los ahogados,
palabras tristes en mi boca antes dichas.Porque soy cuerpo terrestre, con raíces y temblores.


Natalia Correa Márquez