Para mis lectores, cómplices, y amigos.

Busco compartir años de poesía aprendizaje, vicios y expectativas dejando libre la interpretación final.
Haciendo que la poesía se mueva y nos vaya mostrando algunas cosas que aún persisten en nuestra memoria. Ando en busca de poemas que no mueran, que me desafíen pero lo más importante que me brinden aprendizaje.
Como verán tarea nada fácil, pero confío que este dialogo abierto entre ustedes y yo dará frutos.
Bienvenid@s
Natalia Correa.

miércoles, 28 de abril de 2010

Carta de amor #1

A la deriva con palabras cortas que se ensanchan con el tiempo, así resulta el comienzo de nuestra historia. Probaré fortuna en la geografía que se manifiesta en la noche, porque ahora sé que duermes. No será difícil que me escuches. Llegue a ti escapando de los espacios vacios, por el grito de un cosmos salvaje. Vengo desde lejos desplegando el viento del extravió y la espesura. Temó como nunca ignorar tus señales, y perderme sin la fluidez y con el amor a mis espaldas. Te hablo de lo que temo... para que entiendas por tantos años mi cobardía y mi silencio.
Te quiero real sin ficciones capaces de asombrarnos. Porque hoy resuenan las cosas que no te he dicho, por eso hago del desvelo un atajo tan simple, por la experiencia de ver y sentir tus pasos.

viernes, 2 de abril de 2010

Frases Rotas...

De regreso
para inventar el orden de lo mágico,
como ríos bondadosos
que alimentan su caudal diario,
porque ya no basta,
hablar de fiebres y relieves fututos,
vivir apagados entre los ojos y el mundo,
entre noche incompletas tragadas por vacío.


Aún quedan frutos
que se palpan invisibles,
lengua y ser humano
arrancado por la bestia de sus sueños,
tiempo que se quiebra en la conjugación
húmeda de insistir.

Viento de verbo,
que alarga las voces
que la noche madura.
Cuerpo que padece
el simulacro del poema,
mientras encarna un nombre
mientras se conoce al hombre,
que ya no escribe, que ya no ríe,
que ya no vuelve, que ya no existe.

Allá el deseo: frases llenas de cicatrices,
feroces sombras de reflejos vivos,
que transfiguran los vestigios del fantasma
En piel de mundo, en bosque firme.

Porque todo tiende a huir
Mientras surge esa sed,
que nos borra el silencio
desde ahora aire disuelto,
escritura a carne viva
enigma puro del pensamiento.

De vuelta a las señales
que estremecen y aman,
a las entrañas de la muerte
que atraviesan los caminos,
a la risa de piedra, a las bocas festivas
vestidas por la palabra,
mientras un pájaro me mira
y así extiende sus alas.

Natalia Correa.



Foto mía.