Tuve
miedo de soltar la pluma de escribir hasta el amanecer; de
considerarnos un abismo conjunto. No puede amarte como debía, como
sabía hacerlo.
Y entonces vinieron las noches amargas a solas,
justo cuando tenía en mi boca tu recuerdo me apretaba junto a ti. Y
tuve miedo que me quisieras más de la cuenta ¿Cómo vas a querer algo
que se diluye? ¿Algo que se extingue? Las palabras por la noche
venían todas juntas pero les concedí silencio. Me quedé inmóvil ante
tus manos:
Tú sabías que temblaba
y ardía al mismo tiempo
que la angustia llegaría
como
antídoto te besaba rápidamente. Como si hacerlo fuera acto necesario
para respirar, así torpemente te mire a los ojos te seguí los
pasos. Y entonces las palabras comenzaron a dolerme y tuve miedo
tanto o más que ahora.
Natalia Correa
Para mis lectores, cómplices, y amigos.
Busco compartir años de poesía aprendizaje, vicios y expectativas dejando libre la interpretación final.
Haciendo que la poesía se mueva y nos vaya mostrando algunas cosas que aún persisten en nuestra memoria. Ando en busca de poemas que no mueran, que me desafíen pero lo más importante que me brinden aprendizaje.
Como verán tarea nada fácil, pero confío que este dialogo abierto entre ustedes y yo dará frutos.
Bienvenid@s
Natalia Correa.
Haciendo que la poesía se mueva y nos vaya mostrando algunas cosas que aún persisten en nuestra memoria. Ando en busca de poemas que no mueran, que me desafíen pero lo más importante que me brinden aprendizaje.
Como verán tarea nada fácil, pero confío que este dialogo abierto entre ustedes y yo dará frutos.
Bienvenid@s
Natalia Correa.
domingo, 18 de enero de 2015
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