Me emputa la gente mediocre
cuando sepan cuesta la vida,
será demasiado tarde,
me habré desvanecido,
bebo
la sangre de tantos muertos
en tu nombre,
no puedo despegar los
impulsos
que me guarda el desaliento,
puta
madre que el mexicano lleva
en la garganta,
sólo porque sueña
esa tierra
fecunda de viceras abiertas,
me emputa mi dormido país
de balas constantes…
No voy a despertar…
desde mi trinchera
planearé la justicia social…
¿Cuál trinchera mujer?
¿Esa trinchera, donde los
artistas arrebatan las palabras?
para luego venderlas
como propias.
¡Ay
mujer no te duermas!
Los
artistas de hoy son plástico hirviendo
que conservan amaneceres
en latas de aceitunas.
Me emputa la gente
que duerme
mientras México arde.
¡Sirena, Sirena¡
no muestres los ataúdes de mi ciudad
las grietas amargas,
la
política añeja de discursos carcomidos,
los
perros aullantes.
la soledad
insatisfecha,
el trabajo
maloliente
que se
esconde en la oficina.
Ilustración Mauricio Reyes.
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