esta tarde,
estamos repletos
de días abismo con negros álamos,
por eso y más,
con sinceridad absoluta,
ella ya no escribe,
sabe que al filo de la noche,
nadie juega y siempre llueve,
mientras el estruendo de su figura
y los rastros de su amor aparecen,
para regalarte su silencio,
con un beso transeúnte
capaz de conocer los días,
mientras la vida se va
por el foco ardiente
del poema,
mientras los astros y el mar
conocen su refugio,
te doy silencio que hierve,
amor que espera en las calles,
por el mundo,
con la magia del principio
y la experiencia de los años.
Natalia Correa
Foto mia editada por mi.
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