Vivir es como bailar
deslizarse dentro de voces contiguas,
tomar el sol, darle al café
el poder de develar un destino,
andar a tientas buscando a las hormigas,
olvidarse del miedo por un rato,
darle al silencio y a la soledad
la oportunidad de ser tus compañeros,
cobijarte en el árbol donde tu padre ahora da fruto,
comer mandarinas para conocer las palabras
de ese sabor agridulce.
Insistir para soplar el humo de la vida
como las velas de un cumpleaños,
y no desfallecer,
bailar dentro de los abismos
y las cicatrices,
mover los músculos a fuego lento
lloverse entre las palabras
que tiñen a tu cuerpo,
saber que la lagrima es un río
de horizonte abierto,
y aunque la muerte
amedrente tus ganas
entierre a tus muertos
y dejé en ti un color sombrío,
baila con la furia de la resistencia
vierte en ti el espíritu de la desobediencia.
Has de tus errores un instinto
bordado de tinieblas,
tambaleate y incluso vuelve a caer
pero no te pierdas
el fugaz encuentro con la vida
que justo hoy baila, baila, baila
entre tus manos.
Natalia Correa Márquez.