Hombre real hecho de sed y polvo,
isla de lenguaje que guarda los pensamientos
de azul que alimenta simulacros
que crece y se adentra como frutos eléctricos.
Hombre de mar los deseos ajenos son ingobernables,
entre lo que se tiene y se desea crecen flores o pantanos,
lentas formas que tejen la música
por parajes extraños y lejanos.
Liquida incertidumbre de ojos y márgenes frescos
por eso desliza tu quietud sobre mi pecho
para dormir a los fantasmas
porque a tu lado la pausa es rostro desenvuelto
tantos nombres y acertijos se encuentran tibios
entre tus labios.
Hombre de presencia que inventa mis latidos,
deletreando lo que escribo,
llega siempre hasta la sombra,
a la quietud feroz del agua,
que se desliza y me enamora.
Su eco son mis puentes,
huella que encarna y sobrevive
por los caminos de la arena,
plataforma que amanece
sin rescoldos de vació,
delirante marea
que se divierte y crea,
los paisajes que hemos sido.
Esperas al filo de nuestro anegado recinto,
devorado nervio de pulso fugitivo,
con el estupor de sentirte tan vivo,
de lo profundo volverás
con la centella de agua para ser mi abrigo,
con el vaivén a la deriva,
a toda calma va por la vida.
Relámpagos sobre la piel
sigilos de mar de oscuro fulgor,
siglos de ti que descubro bajo el sol,
fronteras impacientes por prematuro oleaje
que retrocede, violento insomnio que crece y no sede,
por los huesos que han mirado ya la noche.
tan despiertos, tan humanos,
tan terribles,tan ufanos.
Por eso es que mi mundo son tus manos,
danzantes y transparentes cargadas de futuro
cargadas de placeres esperando algún conjuro,
inexorable ser que se conjuga con la sal,
así vuelve, así va, así es… mi hombre de mar.
Natalia Correa.
isla de lenguaje que guarda los pensamientos
de azul que alimenta simulacros
que crece y se adentra como frutos eléctricos.
Hombre de mar los deseos ajenos son ingobernables,
entre lo que se tiene y se desea crecen flores o pantanos,
lentas formas que tejen la música
por parajes extraños y lejanos.
Liquida incertidumbre de ojos y márgenes frescos
por eso desliza tu quietud sobre mi pecho
para dormir a los fantasmas
porque a tu lado la pausa es rostro desenvuelto
tantos nombres y acertijos se encuentran tibios
entre tus labios.
Hombre de presencia que inventa mis latidos,
deletreando lo que escribo,
llega siempre hasta la sombra,
a la quietud feroz del agua,
que se desliza y me enamora.
Su eco son mis puentes,
huella que encarna y sobrevive
por los caminos de la arena,
plataforma que amanece
sin rescoldos de vació,
delirante marea
que se divierte y crea,
los paisajes que hemos sido.
Esperas al filo de nuestro anegado recinto,
devorado nervio de pulso fugitivo,
con el estupor de sentirte tan vivo,
de lo profundo volverás
con la centella de agua para ser mi abrigo,
con el vaivén a la deriva,
a toda calma va por la vida.
Relámpagos sobre la piel
sigilos de mar de oscuro fulgor,
siglos de ti que descubro bajo el sol,
fronteras impacientes por prematuro oleaje
que retrocede, violento insomnio que crece y no sede,
por los huesos que han mirado ya la noche.
tan despiertos, tan humanos,
tan terribles,tan ufanos.
Por eso es que mi mundo son tus manos,
danzantes y transparentes cargadas de futuro
cargadas de placeres esperando algún conjuro,
inexorable ser que se conjuga con la sal,
así vuelve, así va, así es… mi hombre de mar.
Natalia Correa.
Foto mia. " BUSCANDO AL HOMBRE DE MAR"
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