La música de un
deseo tan vivo,
reconoce las distancias recorridas,
sus juegos futuros, su cicuta,
vaivén que
se ha dormido
siempre ante tu
cuerpo
prometido
cuerpo
donde el
movimiento existe,
prometida tierra
prometida tierra
donde la sangre
aparece,
cuando el color del deseo flota,
es mar lo que te busca,
cuando el deseo ronda
sobre alientos calcinados,
palabras incendiarias
es silencio lo que nos duerme.
Abrevar en su sueño
cuando el color del deseo flota,
es mar lo que te busca,
cuando el deseo ronda
sobre alientos calcinados,
palabras incendiarias
es silencio lo que nos duerme.
Abrevar en su sueño
el deseo
inútil,
como quien espera,
con quien lo siente todo
y termina fatigado,
y termina hecho polvo,
dentro de las palabras más hermosas.
Así tu ropa viste mi desnudez,
resulta peldaño entreabierto,
lluvia primitiva, invocación eterna
paredón tus ojos,
prendedor tus labios,
con insomnio
las verdades arrastran
el impulso de un deseo,
¿Cuál es su color?
¿Cuál es su pulsar?
sólo un beso tibio,
con memoria y derecho
a despertar.
como quien espera,
con quien lo siente todo
y termina fatigado,
y termina hecho polvo,
dentro de las palabras más hermosas.
Así tu ropa viste mi desnudez,
resulta peldaño entreabierto,
lluvia primitiva, invocación eterna
paredón tus ojos,
prendedor tus labios,
con insomnio
las verdades arrastran
el impulso de un deseo,
¿Cuál es su color?
¿Cuál es su pulsar?
sólo un beso tibio,
con memoria y derecho
a despertar.
Permanecemos solos
por insinuaciones
torpemente escritas,
para consumar palabras
y así caer,
a una llama
doble
a un vasto
fuego,
que caníbal siempre
nos devora.
Natalia Correa.